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pasarán sin que veáis cuán sabias ha~rán sido las ordenaciones generales que con tanto tiempo se habr= dictado y reflexionado. Los estudios, la devoción, el sagrado ministerio, la san~ pobreza, la v~~~dera obediencia, la fraternal caridad y filial respeto, todo sera a~dado, dmgi?o u aderezado sabia y maduramente. Pero, lo que más desea el Capitulo, la Iglesia, el seftor Papa es: que oremos mucho y trabajemos _1!1uchos, ~ue seamos 1!-ombres de acción y de oración, que cumplamos nuestra vocaC!on de apostoles Y p~cadoi:es. No basta ser santo, menester es santificar a los demas: no basta ser sabio, necesitamos aún más la ciencia de la virtud. Yahora faltaríamos a un deber de gratitud para con la Orden y de amor para con vosotros, si no añadiésemos que en nuestra humilde persona (no por lo que nos merezcamos, sino por lo que Espafia ha sido y procura ser en la Orden Capuchina), todos vosotros habéis sido considerados y especialmente amados por todo el Capítulo General. Por amor a España y a los Capuchinos españoles, vuesp-o Comisario Apostólico ha sido el objeto de varias y delicadas distinciones, siendo nombrado unánimemente miembro de la Comisión Capitular especial, ocupando puesto de preferencia, siendo obsequiado muchísimo por los superiores cesantes y por los nuevos, y oyendo unánimes aplausos y amabilísimas palabras en favor de los Capuchinos de España, de su observancia, de sus trabajos apostólicos y de las esperanzas que da a toda la Orden la restauración capuchina de España. B P. General nos ha llenado de varias y repetidas bendiciones para Nos y para todos y cada uno de vosotros, y las palabras que de sus labios cayeron y los consejos que enternecidos escuchamos; serán una de las mayores alegrías de nuestra vida. ¡Ah! es menester estar en Roma, tratar con el sucesor de N. P. San Francisco, para saber lo que siente un corazón franciscano y capuchino con la compañía de tan grandes cosas y tan sublimes autoridades. B sabio y santo Pontífice y Vicario de Jesucristo León XIII, nos manifestó cuánto amaba a España y cuánto consuelo sentía su corazón con el bien que hacen los Capuchinos españoles, hablando con su verdadero entusiasmo de nuestra patria, de nuestra fe, de nuestro amor a la vocadón religiosa. Y como si no bastasen las bendiciones que Su Santidad y Apostólica benignidad concedió a todos los Capuchinos, añadió nuevas y particulares para España, con toda la efusión de su paternal corazón. B Cardenal Simeoni, Prefecto de la Propaganda Fide, exprimió públicamente cuánto de España y de los Capuchinos españoles esperaba para el bien de las Misiones de infieles y herejes, y podemos asegurar que pronto Espafia recibirá de· la Santa Iglesia el encargo de alguna particular Misión católica, como nos los afirmó el mismo señor Cardenal, animándonos a sacrificarnos para tan sublime empresa. • Finalmente, co.11_10 sello y co~dón de mil favores y beneficios dados a la ~rden Ya Espafia, en mmortal Pontífice León XIII nos concedió muchas y riquísimas mdt11;gencias en favor _de los que asistan a las misiones que en nuestra Comisaría se prediquen, cuyo admirable y precioso breve, insertaremos al final de la presente Carta Pastoral. • ~a veis, pues, hermanos e hijos queridísimos, con cuánta razón debemos bendecir al Sefior nuestro Dios por tantos beneficios y tan bellas esperanzas. . Pe~o, como dice el Padre San Bernardo, Dios no se contenta con palabras de gracias smo con actos; no quiere los que sólo son habladores de gracias, sino los
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