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":· Por lo cual la Comunid~d renuncia desde ahora y para siempre a todos los eg10s que la Orden ha obterudo Ya los que pudiera obtener en adelante como se an a la p~a Yestrec~a observancia de la Regla y de las Constituciones, así como én renuncia~ todo genero de glosas que podrían relajar la Regla O apartarla de pura observancia. 111. Se estable~erá una perfecta vida común. Por lo cual el religioso no tendrá _para uso par~cular ~ue.ra de lo que la Regla y Constituciones le conceden to al vestuano, brev1ar10, y escritos particulares que guardará cerrados con e en el pupitre que para el objeto se pondrá en las celdas de los sacerdotes. Ningún religioso tendrá de ordinario en la celda más libros que los que necesita pensa~lemente. para sl:1 lectura esp~tual y actuales estudios, y cuando tenga que er algun trabaJo parucular podra tomar de la Biblioteca común los libros 111Cesanos, pero cuidando de volverlos a su lugar tan pronto como hubiere concluido trabajo, a fin de que puedan encontrarlos allá en caso de necesidad los demás osos, y sobre todo para mejor guardar la pobreza y conservar nuestro corazón de todo apego a la singularidad como lo expresan las Constituciones. Ya fin de que la vida común, tan conforme con el espíritu de nuestra Orden y recomendada por los sagrados cánones, sea perfecta en todo, cuando un religioso tase de alguna cosa, como papel, tinta, plumas, hilo, etc., acudirá al Superior, el atenderá a la necesidad con caridad y buen modo dando cada vez de dichos aquello que crea necesario. A este mismo fin, nadie recibirá cosa alguna para su uso particular, y (si] o ofreciere alguna cosa a un religioso cualquiera, éste ontestará sencillamente si quiere darla tal cosa a la comunidad le hablará al Superior, el cual podrá birla si la comunidad tuviese necesidad de ella. IV. Por lo que toca al hábito, túnica, manto, cuerda, pañuelos, sandalias y ones, se ajustarán en todo a la egla y Constituciones; es decir, cada religioso eirá un solo hábito y una túnica, si la quiere, un par de calzones, un par de ia , con dos pañuelos. Todos los hábitos usados y las otras prendas se en común, en el lugar destinado al objeto, a donde se acud~ ~uando haya dad de remendar o lavar los hábitos según lo ordenan las Consutuaones. B que a a la túnica corta a la larga podrá llevarla con tal que sea de la misma tela Y se contente con solo una. Los que llevaren la túnica, bien sea larga o la corta, no manto, si no es por necesidad y mediante el permiso del Superior. Las cuerdas serán de las más ordinarias y de manos precio con nudos sencillos y to en las cuerdas como en las coronas y rosarios se guardará uniformidad en to a la forma y manera de llevarlos. Ninguna prenda o vestido, a excepción del de la sacristía y el de los huéspedes, se llevará a lavar fuera del Convento y el encargado del ropero tendrá cuidado de poner en la celda de cada uno de los 1111:k>!os un pañuelo y un par de calzones cada semana Se prohibe el uso de la calota o gorro, aunque el Superior J>?drá pe~tirlo las reglas de la prudencia y de la caridad en un caso de necesidad particular, a los ancianos o enfermos. M La ·d d O se dispensará nunca de los maitines de m~ia noc~e, comuru a n d ben decirse un poco antes de la caida del día, to en la Octava del Corpus, que e d d N s p el papa Benedicto xm Lo te del SSmo. expuesto, en virtud de ~a or euln :a éo~c~pción los tres días. de se hará durante la octava de la mmac a • 111
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