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— 138 — rioridad sobre todas las aves, frutos, animales y peces; Dios no solo te con- cede el sol para que te alumbre, la tierra para que te sustente y las demas ertaturas para que te sirvan, sino que con su gracia te dá una prenda segura de las riquezas de su gloria; te adorna maravillosamente para que le parezcas hermosa en su presencia y te constitu- ye su heredera, su hija y su amada esposa. Sin esta gracia, todos los bie- nes de: naturaleza con que te adornó en tu creacion, no te harian mas que distinguirte en algo de las bestias de la tierra; mas no te darian derecho algu- no á la felicidad eterna y bienaventu- rada de la gloria. La gracia de Dios, decia el Apóstol San Pablo, es vida eterna. Cierto es, alma mía, que en Adan nuestro primer padre recibimos la justicia original, la gracia santificante, la luz de nuestro entendimiento y la