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4 vas finezas, el ha empezado á mostrarnos su be- llo rostro, y nosotros vamos á ser libres. Gracias infinitas-,- door eterno á puestro buen Dios , que fuerte en el combate nos ha dado la victoria. ¡O quan dulce es la alegria al corazon oprimido por muchos años! Bien podemos exclamar con el Rey Da- vid : Laetati sumus pro diebus quibus nos humiliasti, annis quibus vidimus mala. (2) Si, pueblo Español , pueblo escogido y predilecto, Dios te ama, y te quiere salvar. Dios te quiere-para si entre todas las naciones , paraque como paraiso de virtudes florezcas y lleves dulces frutos. Para esto ha sido necesario mortificarte , quebrantarte, romperte y despedazarte ¿ como se hace con la tierra inculta y viciosa. Acaso, Señores, nuestra España no era ya un erial ? Ah! quien de vosotros ignora el estado de abandono , en que se hallaba esta apreciable heredad £ Nosotros la hemos visto entregada en ma- nos de uu favorito, colono “ignorante y desidioso. Su mano afemiaada, debil € inpotente para el cul= tivo, no lo fue para la destruccion. Tirano am- bicioso y cruel, alejó á los buenos hijos del Trono de su m>dre , rodeandolo de infames aduladores. Aunque en en medio de estos se hallaban algunos buenos, no eran atendidos; y si los conservaba el favorito al lado del Monarca , era para complacerse en despreciarlos , y abatirlos. Carlos , ese” Rey de tan sano y paternal corazon , (como es preciso con- fesar ,) tenia vendados los ojos. España estaba huer- fana antes de la muerte de su padre; viuda 'te- niendo al esposo: en su seno; era un jardin cuyo. jardinero siempre dormia; una nave sin piloto, sin. (a) Ps 89. v. 15,
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