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CONFERENCIA DÉCIMAOCTAVA Templanza y devoción en la mesa Sive... manducatis, sive bibitis... in glo- riam Dei facite. Ora comáis, ora bebáis, ha- cedlo á gloria de Dios. (1 COR., X, 31.) A vida cristiana, carísimos tercia- rios, es un continuado ejercicio de (MES | morttificación que comienza casi con los primeros pasos que damos en el camino de la vida y termina tan sólo cuando el hombre cierra sus ojos para siempre á las cosas de este mundo. Esta mortificación, tan repugnante á los sentidos como provechosa al espíritu, es cabalmente aquel negarse á sí mismo, y llevar la cruz cada día, y hacerse violencia, impuesta por Nuestro Señor Jesucristo como primera é indispensable condi- ción á todos los que quieran ir en su seguimiento. Esta mortificación es aquel matar las obras de la carne, y aquel rodearse de la mortificación de Cristo, y aquel hacer morir los miembros del