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AS 38 LA CONFESIÓN mente de medios sobrenaturales. Por eso el mayor milagro de la Divina Omnipotencia, la obra más prodigiosa que Dios ha realizado ad e.rtra, como dicen los teólogos, es, sin duda, haber capacitado al hombre para poder participar de la divina natu- raleza, gozar por la gracia del ser de Dios, que es en lo que esencialmente consiste la vida cristiana, Todas las cuales cosas y regaladísimas mercedes se nos otorgaron por la Encarnación del Verbo, mediante la cual, todo el que debidamente cree en Jesucristo, recibe la facultad de hacerse hijo de Dios. Dedit eis potestatem filios Dei fieri, his quí credunt in nomine ejus (1). Resulta, pues, de lo dicho, que Jesucristo es la causa absoluta y necesaria de nuestra vida so- brenatural; que por Él yen Él ha sido encum- brado el humano linaje á la participación de los dones celestiales; que por Jesucristo y en Jesu- cristo hemos recibido la adopción de hijos de Dios, por la cual llamamos á Dios Padre. Mas para que el hombre pueda gozar de todos estos inefables bienes, necesita indispensable- mente incorporarse á Jesucristo, nutrirse de su espíritu para vivir su misma vida, unirse á Él de la manera más íntima que puede imaginarse, ha- cerse, en fin, miembro de su cuerpo místico, que es la Iglesia. Jesucristo como Él mismo lo dice en el Evangelio, es la verdadera vid y nosotros los sarmientos; es, según expresión del Apóstol, como (1) Joann,., I, 12.