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CONFERENCIA TRIGÉSIMA QUINTA 295 tenece dar su parecer en todo lo que se sujeta á la determinación de la Junta y, principalmente, lo que se relaciona con la admisión de postulan- tes y novicios. Por eso conviene sean elegidos, para formar el Discretorio, hermanos adornados de virtud, de prudencia, experimentados en los negocios de la vida, que puedan en todo caso aconsejar lo que sea más conveniente y acertado para el bien de la asociación. Otro cargo hay en la hermandad que, más que ningún otro, pide acierto en la elección, y celo en el que haya de desempeñarlo y es, el Maestro de novicios. Sin duda este oficio es el más delicado por el fin á que se encamina, que es formar los individuos de que ha de componerse con el tiempo la O. T. Importa, pues, que los hermanos se fijen especialmente en esta elección para que recaiga en persona apta para desempeñar un cargo de donde provienen tantos bienes ó tantos males á una hermandad. Procure el que sea elegido acep- tar en conciencia su oficio y cumplir fidelísima- mente sus obligaciones; persuádase que de la acertada formación de los novicios depende el porvenir de la hermandad y de toda la O. T., y con esta convicción no omita cosa alguna de las que puedan servir para fomentar en los novicios el espíritu de la Orden, la sólida piedad, el fervor religioso y la honestidad de las costumbres. La misma exhortación que hemos dirigido á los hermanos que hayan de desempeñar estos cargos importantes, dirigimos también á todos los