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CONFERENCIA TRIGÉSIMA CUARTA 271 ASK sos; juntad á todo esto la estadística criminal, que aumenta de año en año en proporciones es- pantosas, y decidme si no vivimos en un mar de inmoralidad, y sino reinan todos los vicios que formarán la fisonomía de los hombres de los pos- treros tiempos del mundo. A estas circunstancias de malignidad, á este ambiente corrompido en que se desarrolla la vida moral del individuo y de la familia, hay que añadir una cosa harto más funesta y perjudicial: el apos- tolado satánico de los emisarios del demonio, la propaganda impía y deletérea de las malas doctri- nas, la difusión de las más locas utopías, y, sobre todo, esa cruzada infernal levantada en todas partes para apagar la fe en los pueblos, matar á Cristo en las almas, desterrarlo de las leyes, de las costumbres y de la familia, y acabar, si fuera posible, con su imperio sobre ei mundo... Des- graciadamente no han sido estériles los esfuerzos realizados por el demonio y sus secuaces; la con- fusión sembrada en las inteligencias, las dudas suscitadas sobre los misterios de la fe, la indife- rencia religiosa cundiendo por todas partes, el quebrantamiento escandaloso de las leyes divinas y preceptos eclesiásticos, las prevenciones y re- celos despertados en los pueblos contra la Iglesia y sus ministros, resultados son de esa campaña de satanás para derrocar á Cristo del trono de las almas. Preciso es, pues, y hoy más que nunca, defen. der la fe de los asaltos de sus enemigos, levantar