BCCPAM000526-2-20000000000000

244 DEVOCIÓN Á MARÍA SANTÍSIMA mente arraigado en el corazón de San Francisco; y, por lo mismo, lo que Él ardientemente deseaba, el distintivo particular de sus tres Órdenes. Un terciario, por lo tanto, sin devoción á María Santísima, carecería del espíritu de sy Orden y estaría privado del medio más indispen- sable para conseguir la santidad de su estado, La piedad en la familia y el fervor cristiano de sus individuos, que es uno de los saludables fines que se propone la V. O. T., no podrá conseguirse mientras en el hogar del terciario no se plante el árbol de la devoción á la Virgen; por este medio únicamente se conservarán en la familia del tercia- rio la pureza de la fe, la santidad de las costum- bres y la frescura y lozanía de todas aquellas virtudes de cuya práctica dependen la paz y el bienestar del hogar doméstico. Persuadíos, pues, muy íntimamente de esta verdad, amados terciarios, y, si sois padres de familia, no os contentéis con ser devotos de la Madre de Dios individualmente, sino procurad, además, que lo sean también todos los de vuestra casa; introducid la saludable costumbre de rezar en familia la Corona Franciscana, el Santo Ro- sario 6 cualquiera otra devoción en obsequio de María Santísima. ¡Oh, qué escena tan consola dora ofrece un padre de familia, acompañado de su esposa y rodeado de sus hijos, saludandoá María, bendiciendo su nombre € implorando su protección maternal! Si Jesucristo afirma que €n donde se congregan dos ó tres en su nombre, allí

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz