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CONFERENCIA TRIGÉSIMA PRIMERA 243 arriesgada empresa, dióle el nombre de esta Vir- gen, y á la segunda de las islas que logró descu- brir, la llamó Santa María de la Concepción; recordemos á los insignes poetas terciarios Lope de Vega y Calderón de la Barca, entusiastas cantores de las grandezas de la Madre de Dios; á Murillo, el inspirado pintor del más hermoso de los misterios de María, y, en fin, á Cervan- tes, al Tasso, á Miguel Angel, á Gounod, Mozart y Perosi, y á otros innumerables sabios artistas y literatos pertenecientes á la V. O. T., los cuales fueron devotísimos de María Santísima, emplean- do sus talentos y habilidades en honrarla y enal- tecerla con sus incomparables producciones. Todo lo dicho, amados terciarios, es prueba inequívoca de que la O. T. ha llevado en su espí- ritu la devoción á María y de que cuidó grande- mente de infiltrarla en el corazón de todos sus hijos. Vosotros, pues, no atenderíais suficiente- mente á vuestra vocación, no procederíais según el espíritu Franciscano, no seguiríais las huellas de nuestro Seráfico. Patriarca, ni imitaríais los nobles ejemplos de vuestros hermanos, si no fo- mentaséis constantemente en vosotros y en vues- tras familias, el amor y la devoción á María Santí- sima. Esta devoción, que para todos los cristianos en general, es el atajo más corto para llegar á Jesucristo, pudiéramos decir que es, para un hijo del Serafín Llagado, la forma precisa y abreviada de la perfección Seráfica, puesto que entraña el afecto más íntimo, el sentimiento más profunda-