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El 4 Y 4 ¿Bd Ea 15.18 ¿de 4 7 " UN O Ma da E 3 ' aa Le ¡8 HR 4 eE Í 11440 3 o A A EXA AA E ir 104 LA 0. T. Y LA FAMILIA arm cosas que prescribe la Regla de este Instituto, si bien se considera, son otros tantos medios pode- rosos para ordenar la vida de la familia, apartar de ella todo peligro de corrupción y extirpar de raíz todo aquello que la corrompe y degrada. Para mayor abundamiento, la mencionada Regla expre- samente ordena: «Que los terciarios en la vida de familia procuren aventajarse á los demás en el buen ejemplo, fomentar los ejercicios piadosos y las buenas obras.» Ved, carísimos terciarios, el interesantísimo asunto que voy á tratar enesta conferencia: la T. O. y la familia, ó sea: lo que exige la Regla de la T. O. de la familia de un terciario. Para mayor claridad, en la primera parte, trataré de lo que debe ser una familia cristiana en general, y en la segunda, hablaré particularmente del modo de ser de la familia del terciario al tenor de su Regla.— Ave María. I Lo que debe ser una familia cristiana no es cosa difícil de comprender ni mucho menos de explicar. La familia cristiana no ha de ser ni más ni menos que lo que Dios ha querido que sea; porque la familia, como entidad moral, depende en absoluto de Dios, y ha de regirse, por consi- guiente, según sus leyes, y caminar al fin que Él mismo le ha prefijado, por los senderos que su Divino Verbo humanado le trazó á su paso por este mundo.
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