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76 GLORIAS DE LA Y. O. T. hombres más admiran y lo que á ellos causa mayor respeto, se hallase en grande abundancia en esta veneranda institución: poder, nobleza, ilustración, riqueza, valor, hidalguía; estas y otras cualidades no menos honrosas quiso Dios que cor- tejaran constantemente á esta reina de la pobreza; con estas gloriosas prerrogativas sublimó Dios el aparente abatimiento de la O. T. para confusión de sus orgullosos enemigos. Sus numerosos hijos, salidos de todos los estados y clases de la sociedad, aportaron cada cual sus valiosos tesoros, sus méritos y nobleza para enriquecerla y ensalzarla, tejiendo su pre- ciosa vestidura y recamándola con variedad de colores. No penséis que al decir esto exajeramos, ni que sea una mera figura retórica lo que os decimos, porque es la más hermosa realidad. Abrid, si no, los anales de la O. T.; hojead las páginas de su gloriosa historia, y en cada una de ellas encontraréis nombres que todo el mundo pronuncia con respeto, personajes célebres que llenaron la tierra con la fama de sus gloriosos hechos, genios atrevidos que fueron el pasmo de su siglo, corazones esforzados que dieron días de gloria á la religión y á la patria en momentos críticos y circunstancias azarosas. Delante de vuestros ojos desfilará una serie interminable de Pontífices, tan célebres como Gregorio IX, Ino- cencio lll, León X, Pío IX y León XIII y actual Pontífice Pío X. Emperadores tan poderosos como Miguel Paléogo, Federico III de Alemania, Ro-