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16 ORIGEN DE LA V. O. T: nos del siglo una forma de vida evangélica aco- modada á su estado, no hizo otra cosa que recor- dar lo que estaba olvidado, resucitar lo que estaba muerto, hacer, en fin, un llamamiento á las almas fervorosas para que renovasen en sus costumbres los ejemplos de perfección que nos legaron los primitivos cristianos. Con esto he terminado lo que me había pro- puesto decir sobre el origen de la V. O. T. y el objeto de su institución. En otras conferencias os será dado apreciar más y más el alcance y transcendencia de vuestra Orden para la causa de la Iglesia y la regeneración de los pueblos. Mientras tanto, estimad vuestra vocación, agradeciendo á Dios el haberos llamado á militar bajo las banderas de aquel glorioso Santo, que mereció llevar en sus manos, pies y costado las llagas del Redentor; esforzaos, terciarios, á imitar sus virtudes y á vivir conforme al espíritu de la Regla que habéis profesado, y de este modo mereceréis la protección del Seráfico Patriarca y las bendiciones del cielo.—Amén. Deo