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234 PROFESIÓN —_—, El que viste el hábito de la T. O. no hace otra cosa que llamar á las puertas de la Religión Será- fica, para que le sean abiertas, formula sus pro- pósitos de pertenecer á la Orden de Penitencia, pide con humildad ser admitido en ella; pero ni por su parte ni por la de la O. T., se concluye nada definitivamente sobre este particular, todo queda en espectativa hasta realizarse la profesión, El noviciado abre á los novicios terciarios, las puertas del jardín Franciscano, los introduce en él para que, durante el año de su duración, admiren sus bellezas, se recreen con el aroma de sus flo- res, se nutran con sus frutos saludables y hagan acopio de las energías y del espíritu franciscano que ha de alentar su vida religiosa después de la profesión. De todo lo cual se sigue manifiestamente, que la profesión es el acto más necesario y meritorio y el que con más perfección debe realizarse y sobre el que han de tener los terciarios nociones más exactas, para verificarlo con perfecto conoci» miento. A esto se ordena el noviciado, como deja- mos dicho, á disponer el ánimo de los candidatos á la T. O., para que en su día hagan su profesión debidamente. El novicio que ha sabido aprovechar el año del noviciado, que se ha instruído en las glorias, excelencias, gracias y privilegios de la O. T., que se ha empapado con los ejemplos de la pasmosa santidad del Serafín de Asís, el novicio, en fin, que se ha penetrado bien de las ventajas de su