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184 DE LA CONCORDIA ——- Jesu persecutionem patientur (1). Semejante paz es la que podéis esperar y la que, en realidad, debéis amar, terciarios de San Francisco, porque es la única paz santa y evangélica que se funda en la abnegación propia y en el desprecio de las cosas terrenales. Practicad esa concordia que os prescribe vuestra Regla y que, como hemos dicho, es fruto de una perfecta mortificación y de una humildad bien arraigada; mantened en vuestra Congregación y en vuestra familia la unión y la concordia cristianas, de suerte que por sólo esto os reconozca el mundo como discípulos del gran Patriarca. Si así lo hacéis, la Regla de la T. O. será para vosotros fuente de felicidad y dicha, origen de paz y tranquilidad, pudiendo aplicarse á sus observa- dores estas palabras del Apóstol: Ef quicumque hanc regulam secuti fuerint, par super illos et misericordia (2). Y sobre todos cuantos siguieren, esta norma, venga paz y misericordia.—Amén. AA NKÁ (1) U Tim., IM, 12. (2) Galat., VI, 16.