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RR RI CONFERENCIA DÉCIMA Obediencia p acatamiento á la Iglesia Si Eclesiam non audierit, sit tibi sicat ethnicus et publicanus. Si no oyere d la Igle- sia, tenle como por gentil y publicano. y (MATTH., XVIII, 17.) AN JOLUMNA y sostén de la verdad ape- llida el Apóstol á la Iglesia Cató- lica. Y con sobrada razón, amados terciarios, porque sólo la Iglesia, con su autoridad infalible, nos ofrece certeza absoluta de las verda- des que creemos, y seguridad inquebrantable de la moral que practicamos. Ella es, en efecto, la depositaria del tesoro de la Revelación, y la fiel guardadora de las tradicio- nes divinas y apostólicas. Jesucristo le contió todas sus celestiales enseñanzas, para que por su medio, las aprendieran los hombres y tuvieran de ellas perfecto conocimiento. Por lo mismo, tan Sólo la Iglesia es el Juez Supremo de las contro- A A