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ESPÍRITU DE LA V. 0. T. 102 tra atención, es, sin duda, su extraordinaria mag- nitud, la admirable proporción de sus partes, sus vistosos adornos y, en una palabra, su ornato ex- terior; empero nadie dirá por eso, que consistan en estas cosas la firmeza y seguridad de la obra, sino más bien, en la excelente calidad de los ma- teriales con que ha sido fabricada y en la solidez de los fundamentos sobre que descansa. Algo semejante pudiera decirse de la V. O. T.: lo que en ella primeramente se admira al contem- plarla, es el conjunto de sus incomparables gran- dezas y el sumario de sus extraordinarias gracias y privilegios; no obstante, el secreto de su efica- cia poderosa y su ascendiente sobre los pueblos, no consiste en ninguna de estas cosas, ni con ellas sólo ha producido tan hermosos resultados para la gloria de Dios y salvación de las almas. En otra parte hay que buscar la causa generadora de estos bienes, el principio de donde dimana á la O. T. esa su pasmosa fecundidad para producir frutos de bendición; en su espíritu, ahí está su fuerza moral, de ahí le viene su exuberancia prodi- giosa, ahí está la raíz de las hermosas flores de virtud y de los sazonados frutos de santidad que su benéfica acción ha causado en las almas. Ved aquí, hermanos terciarios, el nuevo as- pecto bajo el cual vamos á considerar vuestro santo Instituto; aspecto en verdad el más intere- sante, porque entraña sus constitutivos esenciales, el sér, la vida íntima de la O. T.; vida que han de vivir los individuos de esta asociación y espíritu