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60 como cuando le he preguntado la actitud de da Virgen al decir: Soy la Inmaculada Concepcion..... Se ha levantado con gran sencillez, ha juntado las manos y los ojos al cielo; pero ni Fiésole, ni Perugino, ni Rafael, han hecho nada tan suave, y tan profundo al mismo tiempo, como la mirada de ésta joven tan sencilla, tan candorosa, tisica hasta la médula de sus huesos, y que parece no sospechar siquiera que ha recibido un favor insigne » Prosiguiéd el Sr. Fabisch sus estudios preparativos, y el 20 de Setiembre escribia: Hoy hemos ensayado delante de Bernardita la silueta de la estdtua, en el lugar mismo de la Aparicién.—Habia en la gruta cuando hé llegado 4 ella un coro de doncellas que cantaban el Magnificat 4 voces; no sé cémo explicar cudnto me ha conmovido esta musica; sentiame transportado al tercer cielo. Al llegar Bernardita, la han rodende trescientas personas por lo ménos, la han conducido otra vez 4 Lourdes y acompafiado 4 la fonda para mostrarle mi boceto. Me ha indicado algunas correc- ciones, que, atin bajo el punto de vista plastico, han mejorado mi composicién. Desafio al miembro mas inteligente del Instituto, 4 tener ideas mds exactas sobre la conformidad y el ajuste, que las de esta pobre pastora sin estudios. Bernardita me ha mostrado, una vez mds, cémo miraba la Virgen al decir: Soy la Inmaculada Concepc'én; francamente hay para llorar de emocién.—Comprendo que este pafs sea profunda- mente religioso. Llevaréme de aqui bien dulces, y bien puras im- — presiones. Es un pais magnifico, de soberbias perspectivas. Cons- triyese una iglesia inmensa sobre la gruta que nunca se vé vacia de peregrinos.» A fines de Noviembre mando el Sr. Fabisch 4 Lourdes una fotografia de su modelo, El Cura de Lourdes, después de haberla sometido al examen de Bernardita, escribid al escultor: «Acabo de someter la fotografia al Aristarco (Bernardita), 4 quien V. teme mds que 4 todos los miembros del Instituto. Hé aqui sus observaciones. «El rostro no parece bastante joven ni bastante risuefio; por el lado derecho, en su modelo de V. el velo esta pegado entre la cabeza y el cuello describiendo una curva desde la cabeza 4 la espalda, y vd luego 4 plegarse apoydndose en el brazo: segin Bernardita, el velo. bajaba perpendicularmente cubriendo ambas espaldas y los codos;—la tinica no es bastante
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