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59 ~ No tardamos, por 16 demds, en cerciorarnos de ella por nos- otros mismos Héla aqui que entra en el locutorio acompafiada de una religiosa; su aspecto efectivamente no es el de una joven de casi veinte afios, sino mds bien el de una nifia de doce. Toda la atencién se concentra sobre su rostro que, sin tener la regularidad de lineas requerida por la estatuaria, tiene algo de muy simpatico, un encanto que se dirige 4 las mds puras y serenas facultades del alma; una expresién tan dulce, tan candida, que impone respeto é inspira fé. El Sr. Cura preséntame 4 ella como a encargado de hacer la estatua de la Sma. Virgen y recomienda conteste a todas las preguntas que tendré necesidad de dirigirle. Empecé: «Qué estatura tenia la Aparicién?—No muy grande— Era de estatura mediana?—Si sefior.—Era hermosa?—(Con entusiasmo) Oh! si, muy hermosa.—;Como iba vestida?—Vestia una tunica blanea, con pliegues en la cintura, y que caia hasta los piés; y un velo blanco, que desde la frente caia por las espaldas y bajaba muy abajo— Hasta las rodillas?—- Mas abajo— Hasta los pies?—No tanto—,Y el cefiidor azul?—Bajaba hasta algo mas de las _rodillas—j;Cudn ancho era €l cefidor?—(Colocando sus manos una al lado de la otra), Asi—j;Estaba todo liso?—No; estaba cruzado en la cintura y con algunos pliegues.» Suspiré. El Sr. Cura noté mi impresién y me dijo: Ya lo ve V., nada hay de excéntrico en todo esto.— Es cierto, le contesté, fuera del cefiidor, es la descripcién de Fra. Angélico.» Prosegui mi interrogatorio. «;Y el calzado?—Iba descalza con una rosa en cada pié— Me ha dicho V. que la ttinica caia hasta los pies?-—No se la veia sino la punta de ellos, y las rosas pare- cian sostener el vestido—,De qué color eran estas rosas?-—Jamds las he visto semejantes, brillaban como el oro y mas todavia—De qué tela era el vestido?—No lo sé; no he visto nada semejante.— 2Cual era su actitud?—Estaba de pié, con un rosario en la mano, como si.lo rezase, y me miraba.» Habiame ya tfanquilizado por lo que toca 4 lo excéntrico del traje, pero nada me daba atin la idea de cémo podria hacer una estatua tipica; ocurridseme preguntar 4 Bernardita cual era la. ac- titud de la Virgen Santisima cuando dijo: Soy /a Inmaculada Con- cepcion,.... Habia dado ya con mi idea. El]. mismo dia por la tarde escribia el Sr. Fabisch 4 su familia: «Hemos ido 4 visitar 4 Bernardita. Nada: he visto tan hermoso 8 - ii is epi th dia elie

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