BCCPAM000525-6-22000000000000

st amarilla. El cefiidor de la tunica era azul, y sus extremidades col- gaban hasta los piés. La cadena del rosario era amarilla, los granos blancos, grandes y muy separados entre si. Era una doncella viva, muy joven y rodeada de luz. Cuando hube concluido el rosario, me salud6é sonriendo; se retird hacia el fondo de la concavidad, y desaparecié de repente. Pregunté 4 mi hermana y a Juana si habian visto algo; con- testaron que no, y me preguntaron qué habia visto yo; dijeles: «No es nada.» Poco después me quedaba sola con mi hermana. Juana se ha- bia marchado después de refiirme; me habia visto cuando yo estaba de rodillas, y decia que bien podia haberme quedado en casa, puesto que no habia hecho nada, y que en lugar de estarme de rodillas rezando, debia haber recogido lejfia. Mi hermana me pregunto repetidas veces qué habia visto; cono- cia que yo no estaba como de ordinario; deciame: «Tu has tenido un susto.» Yo estaba resuelta 4 no decir nada; pero ella no cesaba de importunarme. Entonces le dije: «Si me prometes no hablar de ello jamas, te lo diré.» Me prometid guardar secreto, pero no lo guardé. Mientras nos retirdbamos le conté cuanto habia visto, y ella me decia: «;Ya me parecia 4 mi que tu habias visto algo!» (RELATOS HISTORICOS DEL P. Cros.) “ae

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz