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137, se extendid su culto a todas sus misiones de América, donde tiene dedicadas muchas iglesias, y hasta no faltan algunos pueblos conocidos con el nombre de la Divina Pastora. De manera que con raz6n pudo un poeta cantar de ella y con él los propagadores de su culto: En Valencia y Aragon, En Catalufia y Castilla, Navarra, India y Sevilla Brilla vuestra devocién: ‘ Padres capuchinos son Los que os hacen conocida. El Beato Diego José de Cadiz, devoto entusiasta de la Divi- na Pastora, compuso en su honor un Oficio y Misa que el Sumo Pontifice Pio VI aprobé en 1799, lo mismo qne la ‘piadosa advo- cacién de Divina Pastora, permitiendo celebrasen su fiesta los ca- puchinos espafioles el segundo domingo después de Pascua de Resurreccién. Mas tarde Leén XIII extendié esta fiesta 4 toda la Orden capuchina, y por concesiones especiales 4 varias didcesis de Espafia y fuera de ella. No faltan tampoco varias congregacio nes religiosas tituladas de la Divina Pastora jQuiera Dios que seamos fieles ovejas de esta Divina Pastora, y nunca nos separemos de su sagrado rebafio; que gocemos siem- pre de los abundantes pastos y cristalinas aguas con que ella sabe regalar 4 sus ovejas; que reposemos junto 4 ella, y 4 su sombra nos libremos del ardor de lis pasiones, y sin tener nunca la des- gracia de ser presa del lobo infernal, gocemos siempre de su pre- sencia y amorosa compaiiia. Fr. AMBROSIO M.* (/E BENAGUACIL, Capuchino. ha Virgencita d¢ Mayo. neen En la falda de una loma, Cual de su cima rodando, Tengo un bello huertecito Que es mi delicia y encanto. Le da su frescura el rio, Su brisa el céfiro blando, Y él da sus flores y frutos Bellos, ricos y lozanos. El cielo le guarda y cuida, Pues mas hermoso es cada afio, Y en él se goza y recrea La Virgencita de Mayo. Mil flores el viento orea Sus aromas exhalando; Rosas, lilas, pensamientos, Azucenas y geranios, Pero entre todas las flores Tengo un clavelino payo Para la Virgencita Del mes de Mayo,