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136 lo lejos, un lobo en actitud de perseguir a una de estas ovejas, que se libraba de su voracidad con sdlo pronunciar el nombre de Maria. Esta es la primera imagen de la Divina Pastora que vid el mundo,y que fué presentada 4 la publica veneracién por su venerable inventor, el P. Isidoro, en una solemnisima procesién que recorri6 las principales calles de Sevilla el dia 8 de Septiembre de 1703, en medio de los vitores y aclamaciones de la devota multitud, cuyo entusiasm » y alegria eran indescriptibles. La fervorosa arenga que 4 la piadosa concurrencia dirigié el entusiasmado Capuchino dio fin 4 aquella fiesta, y comenzo en el mundo catdlico la devocién 4 la Divina Pastora Toda la ciudad la veneré desde aquel dia con tan religioso entusiasmo, que el dia 23 del mismo mes se hizo preciso ‘erigir una congregacién en su honor con autoridad diocesana, y que fué aprobada y enriquecida mas tarde por la Sede Apostdlica con innumerables indulgencias. II Si la aparicién de la Divina Pastora fué entusiasta y admira- ble, no Jo fué menos su raépida propagacion. El fervor y devoto en- tusiasmo de Sevilla hacia esta Pastora se comunicé radpidamente de unos 4 otros pueblos y ciudades, y las frecuentes misiones ca- puchinas, precedidas siempre por el estandarte de esta reina y Vastora, extendieron en brevisimo tiempo su nombre y veneracion por todas las provincias de Andalucia, llegando 4 tener muchos de sus pueblos y ciudades preciosas imagenes y devotisimas congre- gaciones erigidas en su honor. Pero asi como las ovejas misticas de esta celestial Zagala se hallan esparcidas por teda la haz de la tierra, asi fué preciso que su devocién se extendiera por toda ella, y de hecho se propagé con la velocidad del rayo; y pasando de pueblo en pueblo y de. provincia cn provincia y de reino en reino, llegé allende los ma- res, logrando el culto y veneracién hasta de las tribus mas salva- jes de América y- Oceania. Después de Andalucia, la que primero se adelanté en venerar a Ja Divina Pastora, segin el obispo de Cuenca, Fray Fermin de Alcaraz, fué la hermosa Valencia. Véanse los términos con que lo relata el P, Joaquin de Berga; «Vino despues de algun tiempo esta devocién de la Pastora Marfa 4 Valencia, en donde es venerada por los valencianos, tan pios y devotos, en su bellisima imagen y piadosa cofradia, que con especial permiso esta erigida en el convento de Ca- puchinos; es esta Madre el hechizo de los amores valencianos » Pasé6 luego a Aragén, donde la piedad de los Padres capu- chinos aragoneses la elegid por patrona de sus santas misiones y apostdlicas tareas. Extendiédse mas tarde el culto de esta Divina Pastora por toda Catalufia, por las dos Castillas, Navarra, Gali- cia, Asturias y Leén. Un capuchino de Valencia fué el primero que presenté 4 la Divina Pastora a la publica veneracién de los fieles en la Habana, y por medio de los misioneros capuchinos Sh ree a i aT