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133 a contemplar la celeste visién. Poco después esta desaparecia, pero la hora de la admiracién habia pasado; la multitud no miraba ya a la pobre vidente sino con lastima y compasién. Los augures del libre pensamiento en Lourdes habian profetizado que la demencia seria el término del estado de la joven visionaria, y creydése llegado el mo- mento en que el vaticinio iba 4 cumplirse. Mientras que la multitud desfilaba de la Gruta con los-ojos bajos y lleno el corazon de tristeza, Bernardita continué un momento tran- quila y reco_ida en oracién, y haciendo gravemente la sefal de la cruz, se levanté y tomo ei camino de la ciudad. No obstante, las pocas personas que después del éxtasis se en- contraban al lado de Bernardita en el trayecto de la Gruta 4 Lourdes no tardaron en convencerse de que ningtin sintoma alarmante se ma- nifestaba en el estado mental de la joven. Para convencerse de ello dirigiéronse 4 ella y la dijeron: —Esta mafiana te has mostrado muy distraida en la Gruta, :para qué esas idas y venidas y ese arafiar la tierra? 6 por qué beber del agua que debia repugnarte? —vVais 4 saberlo, contesté con sencillez y naturalidad. Mientras estaba en oracién, la Sefiora me dijo con voz amistosa pero al mismo tiempo seria: vete 4 beber y lavaras la cara en la fuente; y entonces me dirigi hacia el Gave. La Sefiora me llamo, y con el dedo me hizo sefial de que me dirigiese a la Gruta: obedeci, pero no veia agua. No sabiendo de donde tomarla arafé la tierrra y broté; dejé que se aclarase un poco, y luego bebi y me lavé . — También has comido hierba jpor qué esto? \ —No lo sé, la Sefora me lo did a4 entender. —Mientras Bernardita hacia esta sencilla narracién en el camino de la Gruta, algunas buenas cristianas que quedaron rezando en el lugar de la Aparicién advirtieron que un hilito de agua apenas visible, salja del punto donde habia escarvado la nifa, pugnando por abrirse paso hacia el Gave, sin dar a esto importancia alguna. Mas en la tarde-del mismo dia, habiéndose dirigido 4 la Gruta otras personas, quedaron atonitas vicndo bajar de lo alto de la escar- pada pendiente una cinta de agua que nunca habian visto. Nuevos observadores confirmaron el hecho y observaron que esa pequefia cinta de agua engrosaba por momentos. La noticia de la aparicién de la fuente causé profunda sensacién en Lourdes y gran numero de personas acudieron 4 la Gruta para cerciorarse de la realidad del hecho. Y en efecto, alli vieron con asombro. una verdadera fuente que habia de ser mds tarde, como la piscina de Siloé, donde habian de recobrar la salud tantos y tantos enfermos incurables de todas las partes del mundo. La Virgen habia obrado no un milagro sino una fuente de mila. gtos en confirmacién de sus apariciones. La nifia tratada de tlusa quedaba rehabilitada y la incredulidad confundida para siempre. <p 08 et

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