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OS@OSNSALDAUD RD SMD FES SS LETSPIOP GSH ; ha Reina de los Martires. | adornar las sienes de su Madre, era una la del martirio, por el cual mereceria ser la Reyna de los martires, 4 quienes no sélo precederia padeciendo la primera de todos, sino que aventajaria en constancia en los tormentos, y en fortaleza para sufrirlos, tanto cuanto excede el astro del dia 4 los demas planetas. Y habria entre sus padecimientos y los de los demas confesores de la fe una dife rencia tan grande en el origen y en el modo, que harian de la Virgen una martir singular, sdlo parecida en todo al Rey de los demas hé- roes santos, que murié en la cima del Calvario. jAh! ;Qué madre ha pasado por los trances crueles, en que se hallé6 Maria durante la pasi6n y muerte de su Hijo Jesus? ;Qué co- razon podia quedar con vida un solo instante, viendo 4 un Hijo deli- cado y tierno, formado por el Espiritu Santo, desnudo enteramente, azotado inhumanamente por verdugos ferinos, caido en el lago de su propia sangre, coronado de espinas, y marchando al lugar del suplicio, dejando sus huellas marcadas con la sangre que va cayendo de él, hilo 4 hilo? Maria examina de cerca aquel aparato de inaudita fiereza, en que los sayones extienden 4 su Hijo en la cruz, horadan su mano derecha con grueso y duro clavo, atan la izquierda con aspera soga, para que llegue al agujero donde la clavan, estiran con horrible vio- lencia sus piés y los traspasan con hierros y martillos, y elevan la cruz y la victima con escalas y maromas, y la dejan caer en el hoyo formado en un pefiasco, para que expire entre tormentos, jOh portento de fortaleza, en que Maria vence al Sexo, vence al hombre, vence a la naturaleza humana. Cuando esta escena se representaba en la cumbre del Calvario, se vistid de luto e’ firmamento, huyendo el sol por no verla, tem- blé6 de espanto la tierra, y dieron signos de sensibilidad las piedras, abriéndose con horrible fragor; y sobrevino a toda la naturaleza un momento de horrorosa consternaci6n que la hubiera convertido en un caos si Dios no la sostuviera. Sdlo Marfa no se ha perturbado, 16 E = las muchas y gloriosas coronas, con que Dios habia de
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