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ie S. Fidel de Sigmaringa Mr, PATRON DE LAS MISIONES DE Propaganda Fide. vanta un severo y majestuoso edificio llamado el Colegio de Propaganda por hallarse instalada alli la Sagrada Con- gregacién de Propaganda /ide. Su fundacioén fué santificada con el martirio de San Fidel de Sigmaringa, Capuchino. El iniciador fué Gregorio XIII, el fundador Gregorio XV, pero en el pontificado de Urbano VIII fué cuando esta obra re- cibid su completa terminacién. En tiempo del segundo de estos tres papas florecié en Roma un capuchino, el P. Jeronimo de Narni, que merecié por la santidad de su vida la veneracién ge- neral y la reputacién de santo, y desplegé en el pulpito tal gran- deza de pensamientos, tal pureza en exponerlos y tal majestad en formularlos, que el cardenal Belarmino dijo de él, después de ha berle oido un serm6én: «Creo que de tres deseos que tenia San Agustin se me ha otorgado uno, 4 saber: oir 4 San Pablo.» Este capuchino, tan celoso por la propagacién de la fé, propuso a Gregorio XV que extendiese la accién de la Congregacién que habia establecido, celebrando una sesién mensual, bajo la presi- dencia del mismo Padre Santo, que se ocupase de la direccién de las misiones en todas las partes del mundo, y Gregorio XV, siguiendo los consejos de este célebre capuchino, doté con sus propios bienes el Colegio de Propaganda y orden6é que se cele- brasen las sesiones propuestas por este celoso predicador de la fé, A Gregorio XV _ sucedid en la: Sede Romana Urbano VIII, llamado Maffeo Barberini.. Este Papa tenia un hermano capuchino, el P. Antonio Barberini, 4 quien nombr6 cardenal del titulo de San Onofre, y ambos hermanos, después de haberse interesado durante toda su vida por la obra de la propagacién de la fé, nombraron heredero universal de todos sus bienes al Colegio de Propaganda Fide. Razon era, pues, que la Orden capuchina, que habia contri- gE la plaza que en Roma lleva el nombre de Espajia, se le-