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dá MÁXIMAS. Hay un camino llano, espacioso, y rodeado todo de flores, y muchos son los que marchan por él, embria- vándose cada vez mas en sus venenosos contornos: otro hay estrecho, y lleno de espinas, y apenas alguno que otro anda por él. El primero lleva á la perdicion *: y los que andan por él, dan el último paso diciendo: Hemos errado del camino de la verdad ?. El segundo conduce úá la vida: mas el que lo concluye, va alegre llevando su manojo de frutos, y diciendo: He segado mi mirra con mis aromas ?. AFECTOS. O Corazon virginal donde no vivió sino el Espíritu Santo, manifiéstate á todos los hombres para que vean que, si estás coronado de flores, son todas ellas azucenas de inocencia, lirios de soledad y rosas de amor divino, nacidas todas y criadas entre las espinas de la vida mortificada y retirada. Haz que nazcan estas flores en mi corazon, y que siga al esposo de las almas al retiro del mundo, á la mortificacion y penitencia, para que muera en mí la concupiscencia de las cosas terrenas y la soberbia de la vida, y oiga entonces las dulces palabras de ternura con que me convida á que lo ame en la tier- ra, para gozar de sus abrazos en el cielo. Si me olvidare yo de ti, 6 Corazon virginal, sea entregada á olvido mi de- recha: quede pegada mi lengua ú mis fauces, si no te escogiere ú ti como centro de mi alegría *. Oraciones y demás como el primer dia. i_ Mat., cap. 7 8. 2 Sap., cap. 5, v. 6. y 4 3 Cant., cap. 5, y. 1. ' Salm. 130, vv. 5 y 0.