BCCPAM000524-1-33000000000000
47 no se contentó con darnos cosas caducas y limitadas, sino que se nos dió á sí mismo. Si nosotros no lo ama- mos: ¿Tendremos corazon? Sí lo tendremos, pero será tan duro como el acero. AFECTOS. O amabilísima Virgen María, bendígante los cielos y la tierra, alábente los ángeles y los hombres, porque tu- vistes un Hijo, que ama de un modo singular, propio tan solo de él. Porque nosotros no amamos sino lo que ve- mos que es hermoso, sabio, fino, delicado, noble, y en fin bueno: mas nada de esto habia en mí, y sin embargo tu Hijo me amó. Era yo feo, mendigo, vil, miserable, ignorante, y él me amó para hacerme hermoso, rico, sábio. feliz, noble, bienaventurado y glorioso. ¡Ay! ¿Qué diferencia encuentro entre el Gorazon de tu Hijo y el mio? Él ama al objeto, no porque es bueno, sino para hacerlo bueno; y por eso.«me amó á mí siendo pecador para hacerme justo, y siendo enemigo suyo, para ha- cerme amigo: y yo no lo amo á él, ni aun sabiendo que es la bondad suma, la dicha “consumada. ¡Ah, Señora! Toma tú mi corazon, castígalo, lávalo, y amóldalo segun el tuyo, para que se impriman en él las palabras amoro- sas de tu Hijo, y lo ame, y le diga siempre con la es- posa fiel: Venga mi amado á su vergel, y coma el fruto de sus manzanos *. Oraciones y demás como el primer dia. 1 Cant., cap. 5, v. 1.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz