BCCPAM000524-1-33000000000000
284 ritus angélicos , habiendo merecido ser por esta inocen- cia el sagrario de la Beatísima Trinidad, y la fuente, donde tomase la vida y animacion temporal el mismo Verbo divino al hacerse hombre; no retires de nosotros tus purísimas y virginales miradas, ni nos abandones, como lo merecemos , por haber manchado nuestras al. mas con el pecado, que tanto abomina vuestro Corazon santísimo: y pues sois tan compasiva con los pecadores que se humillan, ruega á tu Hijo, que nos inspire horror al vicio, y nos arranque con fuerza amorosa de toda ocasion, en que pudiéramos ofenderle: y para ello le ha- cemos un sacrificio total de nuestra propia voluntad, y le prometemos huir de la corrupcion, esperando que, revestidos de la estola, que él da á los pecadores contri- tos y humillados, lo seguiremos por el camino de la penitencia al monte santo de la gloria. Así sea. Las tres Aye Marías, y la jaculatoria. ORACION CUARTA. O humildísima y modestísima Virgen María, que siendo, desde el punto en que fuistes elegida Madre de Dios, la depositaria de los mas sublimes misterios de la religion, y teniendo el alma mas rica en dones celestia- les, que ha habido entre las puras criaturas, por las cosas grandes que hizo en ti el Omnipotente, jamás sa- lió de tu Corazon ninguno de los secretos divinos, ni descubristes á nadie una sola de tus excelsas prerogati- vas; antes, como el lirio del valle, escondistes en el si- lencio, y en la modestia y compostura la preciosidad de los tesoros celestiales, y la riqueza de tu candor; dígnate inspirar á los nuestros esas virtudes, tan necesarias para conservar el espíritu del Señor, y alcánzanos su gracia,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz