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gn 242 AFECTOS. O Corazon dulcísimo de María , tú eres el manantial de la misericordia, y en tu seno están encerradas todas las gracias que Dios concede á los hombres. ¡Desgra- ciado del que no quiere invocarte, ni te reconoce por Madre, pues no quiere salvarse! Desdichados de aque- llos que, como Lucifer , se obstinan en no reconocer en ti una dignidad que te coloca muy cerca de Dios, y da á tu Corazon un amor casi infinito; porque , sin dismi- nuirse, abraza á todos los que crean en tu Hijo, aunque fuera su número infinito, y un poder para disponer de los tesoros de la gracia como de cosa propia tuya. Yo te bendigo, Reina mia, porque con tu planta virginal has estrellado la cerviz de Lucifer, y con tu esforzada vir- tud has dado muerte á todas las heregías. Confieso tus glorias; y aunque soy el último de tus hijos , publicaré siempre tu poder, tu bondad, tu amor, tu misericordia y tus grandezas. Pú eres la abogada de los pecadores, el refugio de los atribulados y la esperanza de tus hijos; nosotros creemos firmemente, que el medio mas seguro para llegar á Jesus eres tú, por ser su dulcísima Madre. Tu Corazon es para mí un caudal de paz, de piedad y de amor celestial: es la estrella de mi viaje, el sosten de mi debilidad, mi esperanza, mi alegría, mi consuelo y mi refugio despues de tu Hijo en la tierra, y el medio para no separarme del camino que conduce al cielo. Amen Oraciones y demás, como el primer día