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19 ¿Quién no ve en esto no solo la sabiduría inapeable del Señor, sino la grandeza del amor de su Madre? Dios hace que el pecado salga del mundo por las vias opues- tas á las que tuvo para entrar: porque siendo la culpa un amor desordenado á las criaturas con ofensa del Criador, no podia borrarse sin que el amor santo y rec- to tomase de nuevo el imperio de la tierra, por medio del Hijo de Dios hecho hombre, cuyos actos serian de un valor infinito. Pero es tan inefable la conexion que hay entre el amor del Hijo y el de la Madre, que si bien aquel excede infinitamente á esta por ser Dios, es pre- ciso que el amor del Corazon de María preceda en el ór- den del tiempo al del Corazon del Hijo de Dios hecho hombre, no siendo posible que el Verbo eterno descien- da del cielo, si no existe antes en la tierra el Gorazon de María; porque no ha sido criado sino para amar á Dios, y lo ha amado con una intensidad inexplicable desde que dió su primer latido vital. Existe del mismo modo una inefable paridad entre la dignidad á que habia de ser ensalzada la Vírgen, y el amor que la correspondia: y siendo aquella infinita, ¿quién puede medir la exten- sion del amor que corresponde á un corazon, que ha de poseer como cosa suya en el órden de la naturaleza al bien sumo é infinito? * No hay entendimiento criado, cuya vista llegue á los términos, á donde alcanza el amor de María á la Divinidad: porque en el primer ins- tante de su existencia aventajó á todos los serafines, y cada momento de su vida fué un nuevo acto de amor de Dios, que fué creciendo hasta que tocó á los límites 1 Beata Virgo Maria, ex hoc, quod est Mater Dei, habet quam dam dignitatem infinitam ex bono infinito, quod est Deus. (Dit , Grt. 3.
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