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218 que, mientras haya en nuestros corazones algun afecto desordenado á las criaturas, no podremos entrar combate con el mundo , pues quedaremos vencidos. MÁXIMAS. Dijo un sabio que Dios mira con complacencia a] hombre, que está luchando con una fortuna adversa. Sin combate no se suele llegar á la cumbre de la virtud Hijo, dice un sabio inspirado, cuando te llegues al servi- cio de Dios, prepara tu alma á la tentacion *. La fidelidad del amor solo se prueba en la tribulacion: pues así como el fuego prueba las vasijas del alfarero, prueba al hombre justo la tribulacion ?. AFECTOS. Al contemplar tu solicitud junto á tu Hijo paciente, quisiera pedirte una gracia, ó Madre de piedad, y es la de que se impriman en mi,alma las llagas de tu amado Jesus,y las contumelias, las derisiones, los oprobios y los dolores, que sentiste en tu Corazon virginal. Espero que me alcances esta gracia, ó Señora mia, porque habiendo ofendido á tu Hijo, deseo padecer como él, para hacer penitencia saludable: y aunque hubiese conservado la inocencia, te pediria esa gracia tambien, para imitarte en el sufrimiento. ¡Ah! tú me alcanzarás lo que deseo, pues eres piadosa: tú me harás ese favor, pues siempre eres benigna: tú no serás amarga para mí, pues fuistes siempre dulce. ¡Ah! No te pido, ó Reina excelsa , el sol que te viste, ni las estrellas que te coronan; solo quiero para mi corazon tus dolores, para que yo ame á tu Hijo 1 Ecclesiastic. cap. 2. v. 1. 2 Ibid. cap. 27. y. 6.
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