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198 ciones exteriores nos conducen al conocimiento de aque- lla, y nos la demuestran operosa , ardiente , solícita y heróica; pues no vemos á María sino léjos del mundo y de sus vanidades, y unida siempre al objeto de su amor. y ocupada sin cesar en buscar la gloria de este Dios, á quien ha consagrado el alma y sus potencias, y el cuer- po y sus sentidos. Cuando el ángel del Señor viene á sa- ludarla de parte de Dios, María se encuentra sola en su retiro, alejada de todo consorcio humano, y solo atenta á no inferir el mas leye daño al pudor virginal con la conversacion de los hombres t: y si la seguimos en todos los lances de su vida, la veremos ejercitando siempre las virtudes: el silencio, cuando tiene que alternar con el mundo: la prudencia y moderacion, al verse obliga- da á responder, y la mortificacion de los sentidos exteriores, en los cuales lleva retratada una modestia desconocida, aun á los ángeles. Y entre tanto, su Cora- zon santísimo está meditando las virtudes del Señory sus misericordias , é inflamándose sin cesar en nuevos incendios de amor. No hay un solo momento en que esté ocioso el Cora- zon de María, y en que no preste al Señor el obsequio de su devocion, ora medite , ora trabaje, ora duerma. Porque si reposa el cuerpo , está en vela el espíritu ; si da refeccion á aquel, mas es por sostener su vida, que por proporcionarle regalo: y si este se entrega á la con- templacion, mas es por conocer á Dios, y arder como víctima en el altar del sacrificio, que por gozar de las delicias celestiales que la bañaban á torrentes ?. Así es. 1 Sola in penetralibus, quam nemo virorum viderit, ne quo degenere depravaretur affatu. (Div. Ambros. lib. 2. in Luc.) 2 Cibus plerumque obvius, qui mortem arceret , non delicias ministraret. (Div. Ambros. lib. de Vifg.)

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