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14 Como lo hemos advertido, y verá el piadoso lector, hemos arreglado las consideraciones de tal manera, que pueda consagrarse un mes á honrar y venerar á la Ma- dre de Dios. Mas, para que las almas amantes del Co- razon purísimo de la Vírgen puedan obsequiarla ince- santemente, hemos compuesto un tríduo que puede hacerse la segunda semana de cada mes, y una corona devota para cada Sábado: de este modo, todo el año no será mas que un tejido contínuo de alabanzas y afectos á la Madre de Dios. Quiera el cielo, que nuestro deseo de ver amado y venerado de todos el Corazon de esta == oo piadosa Madre se yea satisfecho, y que todos fijen su A vista en aquel santuario, que encierra los tesoros del ñ Ms amor divino, Quien lo hiciere con ánimo piadoso, no dudamos, que oirá la voz suavísima que sale de él, y dice con la Sabiduría eterna: Yo soy la Madre del Amor hermoso, y del temor, y de la ciencia, y de la santa espe- ranza: en má está toda la gracia del camino y de la ver- dad, en mí toda esperanza de vida y de virtud: pasad á mi todos los que me deseais y llenaos de mis frutos *. Porque mi espíritu es mas dulce que la miel, y Mi herencia mas que la miel y el panal ?. 1 Eccli., cap. 24, yv. 24, 25 y 26. 2 1h. v. 27.