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166 cubrir á todos las ofensas que se les hacen , y los dis- gustos que tienen: el justo se consuela ofreciendo en silencio al Señor sus sinsabores, sin quejarse del que se los causa; porque sabe que está escrito, que Dios no de- jará al justo en perpétua agitacion *. AFECTOS. ¿Qué corazon hubo mas acometido de tribulacion que el tuyo, ó Reina de los mártires? Pero, ¿quién me- jor que tú encerró dentro de él la causa de tus dolores, dejando al cuidado de Dios el consuelo de tus indeci- bles amarguras? Tú eres la primera discípula de tu Hijo, y apenas lo tuviste en tu seno, ya aventajaste en cons- tancia en las tribulaciones á todos los apóstoles y már- tires. Mas nosotros , que nos gloriamos de ser tus hijos, no te imitamos en el silencio y en la moderacion, cuan- do alguno nos ha ofendido. No será así en adelante , ó Corazon prudentísimo; tú serás nuestro modelo , para estar siempre dispuestos á sufrir y padecer cuanto el Señor quiera permitir que padezcamos. Pero, para que así suceda, te rogamos que tambien seas nuestro ampa- ro y proteccion; pues estando cerca de ti, venceremos al mundo y al demonio con la paciencia y humildad, y arderá en nuestras almas aquel fuego, que abrasa el co- razon del hombre, y lo hace hijo de Dios, y lo fortifica para sufrir los tormentos y la muerte, antes que perder su gracia y amistad. Asi sea. Oraciones y demás como el primer dia. i_ Psalm. 54. v. 23.