BCCPAM000524-1-33000000000000

157 ella le ha cedido su seno, él la concede sus glorias, dán- dola por gracia, cuanto ella puede recibir, de lo que es él por naturaleza. ¡Oh grandeza del amor, que envuelye en unas mis- mas llamas al que es por esencia , fuego y caridad, y el Corazon virginal de su esposa! Nosotros , ¡ pobres peca- dores! no podemos mas que rastrearlo, calculando lo que seria, por los resultados que la venida del Espíritu santificador al seno de su virginal esposa produjo para toda la humanidad. Porque de esta santificacion depen- dian todas las gracias actuales y habituales, que habian de descender sobre las almas, para que se excitasen á amar á Dios, y entrasen en su gracia y amistad; y toda vez, que María consiente en que el Espíritu Santo fe- cunde su casto seno, abre el camino á la santificacion de todas las almas, y obtiene, en cierto modo, una ju- risdiccion sobre toda procesion temporal del mismo Es- píritu divino: de tal manera, que no se obtenga gracia alguna en el mundo, que no sea dispensada por María *. El Corazon de María se convirtió en un precioso arma- rio, de donde saliesen, segun el beneplácito de la depo- sitaria, la gracia que convierte al pecador y lo santifica, la que sostiene al justo y lo corrobora, y la que nos da la perseverancia finaly la corona. Ella es quien las mide, quien las pesa y quien las reparte á quien quiere, y como quiere; porque , como esposa del Espíritu Santo entra á la parte de sus tesoros y riquezas, y hace dona- cion de ellas con pleno dominio. ¡Ah! Estos resultados exceden toda comprension humana; y por lo tanto el 1 A tempore, quo Virgo Mater concepit in utero Verbum Dei, guamdam, ut ita dicam, jurisdictionem obtinuit in omni Spiri- tus Sancti processione temporali. (Div. Bern.'Sen. Serm. 61. de Nativit. B. Virg.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz