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138 de este amor, para saber que la caridad divina nos apre- mia, para que la correspondamos *; pues basta que m7 nozcamos, que Dios en el exceso de su amor nos ha da- do lo mejor que tiene, que es su Hijo, para que com- prendamos que nosotros le hemos de devolver amor por amor. Ninguna alma santa ha pretendido comprender, lo que es incomprensible por su naturaleza; pues conten- tas todas con ver en sí mismas los efectos de la caridad de Dios, solo anhelaban por abrasarse en estos ardores. Siendo esto así, ¿quién podrá rastrear, hasta dónde lle- gó el amor de la Vírgen María al Eterno Padre, habiendo ella sola recibido de él mas gracias que todos los hom- bres juntos, y tenido.mayor conocimiento de las perfec- ciones divinas,que los mismos ángeles? ¿Quién es capaz de explicar el amor que encendió en su Corazon, la gra- cia de haber engendrado en su seno al Hijo de Dios, en la cual no puede entrar en parangon con ningun otro sér 2? Engendra Dios á su Hijo desde la eternidad. di- ciéndole siempre que es su Hijo amado, á quien siem- pre engendra; y solo María puede tomar estas palabras en sus lábios, diciendo al Hijo de Dios: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado ?.» ¡O excelencias incomprensibles las del Corazon de esta Virgen, que apenas pueden mi- rarse, sin que el entendimiento humano quede atónito y extático! Con haber dado vida temporal al Hijo de Dios, entró en la mas íntima union de sentimientos y afectos con el Eterno Padre, no diferenciándose e tos en ( Charitas Christi urget nos. (2.* Cor., « 1p. 5. v. 14.) 2 Matris Dei, et servorum Dei, infinitum est discrimen. Div. Joannes Damasc., Orat. de Dormition 3 Sola cum Patre Alterno Filio dicere potest: Filius meus es tu; ego hodie genui te. (B. Petr. Canisius, lib. 3. de Deipar.

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