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133 ¡Oh humildad profunda y verdadera del Corazon de María! Los sacerdotes del templo, las virgenes que vi- ven en retiro, las nobles matronas que en él sirven á pios, están estáticos todos, al ser testigos de las virtu- des de María: los ángeles tambien publican sus esce- lencias, y solo ella ignora lo que saben los cielos y la tierra. Ni para aquí la humildad de su Corazon; pues despues de explicarle el Nuncio celestial la causa de su salutacion, y de decirla que Dios la ha escogido para que sea su Madre, y que el Espíritu Santo obrará el portento de la Encarnacion en su seno, esperando tan solo su consentimiento á lo que Dios la pide, para que el Verbo se haga carne, María se anonada en la mayor profundidad á donde ha podidc bajar una criatura, res- pondiendo al ángel que era ella la esclava del Señor, qué se hiciese en ella segun su palabra *. ¡Oh que pié- lago de grandeza se descubre en esta respuesta de Ma- ría! Es llamada llena de gracia , se la promete la inme- diata venida del Espíritu Santo, es elevada á ser Madre de Dios, es ya la mas sublime de todas las criaturas, es hecha Reina de los cielos y de la tierra, y nada de esto la saca desu humildad; pues por toda respuesta dice al ángel que ella es la esclava del Señor ?. No desmentirá María en ninguna ocurrencia de la vida estos sentimientos de humildad , que abriga en su corazon inmaculado. Poco despues de haber concebido 4 Luc. cap. 1. y. 38. 2 ¡O mira et profunda humilitas Maris! Gratia plena dicitur, superventio Spiritus Sancti promittitur ,; Maria jam omnibus creaturis anteponitur , Maria jam Domina coli et terre effici- tur, et pro his omnibus non extollitur, sed in his omnibus mira humilitate deprimitur dicens: Ecce ancilla, etc. (D. Bonav. in Spec. cap. 4.

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