BCCPAM000524-1-33000000000000
32 conversar con ellos *; sino el haberla querido dar á en- tender el paraninfo celestial, que habia en ella excelen- cias, de que no se ereía poseedora, reputándose al con- trario indigna de poseerlas. Conocia María con suma perfeccion la historia de las mugeres admirables de su pueblo: Sara-era bendita , pues en su hijo se refundiera la esperanza de los siglos ?: Rebeca era célebre por su mansedumbre, Raquel por su hermosura , Abigail por su prudencia, Betsabé por sus consejos, Judit por su castidad, y por aquella intrepidez que la mereció, que el sacerdocio la proclamase bendita sobre todas las muge- res de la tierra ?; Ester tambien fué bendecida por su fortaleza, sus talentos y su hermosura , y la madre de los Macabeos por su heroismo. Sabia María que estas mugeres habian merecido por sus virtudes y gracias las bendiciones del cielo y de la tierra: entre tanto, veíase saludada llena de gracia, y llamada bendita aun sobre estas mugeres, que tanto merecieran, y no se creia digna de tanto honor; porque se contemplaba á sí misma y veia su pequeñez, la sublimidad de Dios y su bondad infinita, y apenas podia dar fé á lo que el ángel la decia, y por esto se turbaba *. t Ad angelice salutationis vocem expavit cor Virginis, et in se ipsa turbata est, non ex aspectu angelico, quasi insolito, quippe jugiter visitabatur ab ¡llis. (D. Laur. Justin. Serm. de Annunt. 2 Genes. cap. 18. v. 18. Judit cap. 13. v. 23. *£ Revolvebat Virgo animo singula Nuntii colestis verba, se- que metiebatur ín se, parvitatem suam, Dei .altitudinem..... nihilque tanti oraculi dignum sibi inesse cernebat: Consuevit namque humilitas, sicut semper stare sub se, ita difficile accom- modare fidem iís, que supra eam esse censentur. (Div. Laurent. Justin. ibid.)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz