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SH agradecido á Dios Nuestro Señor. Milagros como éste obrados por el Santísimo Cristo, se cuentan muchísimos. Todos ellos pregonan á grandes voces las singulares gracias y es- peciales favores que Dios ha dispensado siem- pre y dispensa aún ahora por esta su devotí- sima Imagen. * ORACIÓN PARA EL, DÍA OCTAVO Dulcísimo Jesús, Sacerdote eterno según el orden de Melchisedec: postrado ante esta sagrada Efigie vuestra, adoro humildemente vuéstra sangre preciosísima, la cual, mien- tras ese cuerpo divino descansaba en el se- pulcro, estaba esparcida por el suelo en los varios teatros de vuestros suplicios; esa san- gre, con la cual entrasteis una vez en el San- tuario para fundar una eterna redención; esa sangre, que sola nos preserva del Ángel ex- terminador, y nos purifica de las obras muer- tas, para que sirvamos al Dios vivo. Mirad, oh Padre Eterno, esa sangre de vuestro Uni- génito: oid su voz que clama al Cielo, no pi- diendo venganza, como la de Abel, sino soli- citando misericordia y piedad para todos los hombres. Por todos sin excepción fué derra- mada: haced, pues, que todos nos aproveche-
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