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A DIA CUARTO Hecho el Acto de Contrición, se dirá: Abrid, Se- ñor, etc., y la oración para todos los días Jesús amo- roso, etc., pág. 18. MEDITACIÓN De la sed y amargura que sintió Jesús en su santísima boca. PUNTO PRIMERO Los dolores de Jesús, una vez clavado al duro madero de la Cruz, no tuvieron alivio ni diminución, sino que sucediéndose los unos á los otros con increíble rapidez y pro- gresivo aumento, fueron creciendo de un modo espantoso. ¡Oh Jesús! todos los anima- les inspiran compasión cuando se les ve cas- tigados. ¡Sólo Vos suscitáis más y más la ra- bia y encono de vuestros sayones y especta- dores, cuanto os ven más afligido, más ator- mentado y más desfigurado! Aun cuando á la crucifixión no hubieran precedido los tra- bajos que la precedieron, la oración y sudor de sangre en el huerto, la prisión, la flagela- ción, la coronación de espinas y la jornada penosa y afrentosísima al monte Gólgota; y
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