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i fl i 86 Lleno estoy de consuelo, anegado por el gozo en medio de /as tri- bulaciones; que os ensefiaré que esta es la dicha de que goz6 Jesu- cristo y la Virgen Sma. y los santos todos, que hoy reinan en el cie- lo _y son eterna y enteramente bienaventurados; en fin, que el triunfo, la corona, el cielo, es de los que sufren, de los que lloran de los que llevan la cruz y mueren en ella. DOMINGO QUINTO DE PASCUA tere Exégesis S. Juan XVI, 23-30. El Evangelio esté tomado del cap. XVI de S. Juan y viene ha- blando el Sefior a sus discipulos de la suerte que han de tener des- pués de su muerte, su resurreccién y su triunfo, de los frutos que han de brotar de la Cruz, después de haberles prometido un gozo grande, gozo que nadie podra arrebatarles; les hace otra promesa no menos consoladora, la infalibilidad de la oracién: Amen, Amen dico vobis: si quid petieritis Patrem in nomine meo, dabit vo- bis. No contento con esta promesa para el porvenir, les exhorta a hacer uso de ella sin esperar a después de su muerte, y les asegu- ra que tendrdn un grande gozo al ver confirmada la promesa que les hace: usque modo non petistis quidquam in nomine meo; petite et accipietis ut gaudium vestrum sit plenum. A continuacién les hace otra promesa para el dia del triunfo, fruto también de su pasién, la inteligencia y comprensién clara de cuanto les va diciendo. Hac in proverbis locutus sum vobis. Ve- nit hora, cum jam non in proverbis loquar vobis, sed palam de Patre annuntiabo vobis. Jesucristo vuelve de nuevo a la promesa hecha mas arriba: /n illo die in nomine meo petetis; y a fin de in- fundirles una confianza mayor, les dice que ellos mismos tendran titulos suficientes para ser oidos, porque unidos como estaraén con El por el amor y por la fe, viviendo El en ellos, el Padre les amara li aire