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Verdades mil- tiples conteni- 62 oidos de los judivs y que puso en boca de estos una respuesta mezcla de insulto, de argumentacién, de desprecio. Dixerunt ergo Judaei: Nunc cognovimus, quia daemonium habes (insulto). Abraham mortuus est, et prophetae: et tu dicis; Si quis ser- monem meum, servaverit, mortem non videbit in aeternum. Numquid tu major es patre nostro Abraham, qui mortuus est? et prophetae mortui sunt. Quem teipsum facis. Respondit Jesus: Si ego giorifico meipsum, gloria mea nihil est: est Pater meus qui glorificut me, quem vos dicitis quia Deus vester est, et non cognovistis eum. Ego autem novi eum et si dixero quia non scio eum, ero similis vobis mendax. Sed scio eum, et sermonem ejus servo.... La misma mansedumbre y fortaleza que en la respuesta anterior; es Dios quien le honra y glorifica por medio de prodigios, «l Dios que los judfos dicen suyo y no le conocen, no vislumbran su pre- sencia en tales prodigios, cosa de que yo estoy bien persuadido: las palabras: ef si dixero quia non scio eum etc. dejan entrever que habia entre los oyentes algunos que veiau ser obra de Dios la obra de Jesucristo, pero que no querian confesarlo por miedo a las persecuciones, mentira en que El nunca caeré ni por evitar la cruz. Abraham pater vester exultavit ut videret diem meum: vi- dit et gavisus est. Al Salvador no le asusta la conclusién que ha- bian deducido los judios acerca de su superioridad sobre Abraham, y la confirma por el deseo ardiente que sentia el gran Patriarca de la venida del Mesias y el gozo grande que le produjo la noticia de su venida (en el limbo donde esperaba la redencién.) Dixerunt ergo judaei ad eum: Quinquaginta annos nondum habes, et Abraham vidisti? Lo corto de la réplica indica que el didlogo toca a su fin y que va a terminar de un modo violento. Dixit eis Jesus: Amen, amen dico vobis antequam Abra- ham fieret, ego sum. Ante una afirmacion tan clara, tan rotunda y tan valiente de su prexistencia eterna y de su divinidad por tan- to, los judios no pudieron hallai otra contestacién que la que el evangelista indica. 7ulerunt ergo lapides, ut jucerent in eum. Jesus autem abscondit se et exivit de templo. . Este didlogo tuvo lugar el dia noveno de la fiesta de los taber- naculos, el siguiente al principal que era el octavo. El tercer afio de su ministerio ptblico. #s Hom.—Como en un banquete, amados hemanos, hay diversos y variados platos y en un jardin diversas y variadas flores, el Maes-