BCCPAM000522-3-21000000000000

hasta virtud y deber, odiar al enemigo, que bien se puede amar a Dios sin amar al préjimo; pero también sé que se practican tales mdximas y que para muchos cristianos son norma de conducta. gCuantos cris- tianos hay que oyen la santa Misa y confiesan y comulgan y ayunan y parecen cristianos perfectos y por otra parteno saben hablar sino es de los defectos del prdéjimo, sino es para clavarle el pufial de la calumnia o arrastrar su nombre por el fango? %Cudntos cristianos hay que no creen posible amar al enemigo, o hablarle, saludarle, ha- cer por él un sacrificio? Pues siempre sera verdad lo que Jesucristo dice, que no es posible amar a Dios y no amar al enemigo y lo que S. Juan repite que se engafia el que tal cosa creyere, que podia amar a Dios sin amar al prdéjimo que es su imagen visible. No quiero terminar sin indicar siquiera, la otra verdad que he sa- Segunda ense- cadu de la lectura del santo Evangelio. Nos habla éste de un hombre ao que cae en manos de unos ladrones, los cuales le despojan de_ cuan- Quién es el to tiene y lo dejan medio muerto_al_borde del camino, de un sacerdo- compasivo sa- te y de un levita que pasan cerca de él y no se detienen, ni hacen ca- ee so, de un samaritano enemigo del herido, que se mueve a compasi6n, le cura los heridas, le pone sobre su jumento, lo lleva a la posada, encarga que le curen y cuiden y paga los gastos que se originen. Es muy justo que nos preguniemos y gquien es ese desgraciado fF samaritano que ha caido en manos de ladrones? y Zese sacerdote y ese levita fi ideal oe. de corazén duro y egoista y ese samaritano todo piedad y compasién? nero humano. Oid la respuesta que nos dan casi todos los Santos Padres. El des- graciado, es el género humano robado, despojado de todos sus _bie- nes, con un soplo apenas de vida, sin fuerzas para valerse y reme- diarse, sin medios para curar las heridas. Los ladrones son los de- £1 sacerdote y ” | monios, el pecado, sobre todo el pecado original, que de esa suerte eee 7 dej6 al hombre. El sacerdote y el levita la filosofia antigua y la anti- tiguas. gua Ley. El samaritano, el compasivo, dulcfsimo Jestis qne viene a este mundo y encuentra al hombre en estado tan miserable, y lo levan- ta y cura sus heridas con celestiales ensefianzas y consuelos divinos, y toma sobre sus hombros los castigos que el hombre habfa_mereci- do y da su sangre para rescate y su carne para alimento y medicina ensefidndonos con su ejemplo que no es posible amar a Dios, darle e'Guaere gloria, cumplir su voluntad, sin amar al prdéjimo, sacrificarse por él, pecado. aliviar sus desgracias, consolar sus penas, dar la vida, morir por-él, aunque sea enemigo, aunque nos aborrezca, aunque haya jurado nues- tra muerte, que enemigos suyos eramos nosotros, que le habiamos robado, Si asf lo hacemos, si imitamos a Jesucristo que ftuvo un amor grande apasionado a Dios y al hombre su enemigo, que tuvo un solo anhelo, una aspiraci6én continua y dnica, sacrificarse, morir por Dios y por el hombre, se cumpliraé en nosotros lo que hoy promete en el evangelio. Vade ef tu fac similiter... fac hoc et vives. Conclusion:

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz