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—aeaneeiaiimemaseemammeiiaeiemcnsciaanen tart - e eee S eee ean ee 138 suerte que han tenido de verle y oirle: Et conversus ad discipu- los suos, dixit: Beati oculi qui vident que vos videtis. Dico e- nim vobis quod multi prophete et reges voluerunt videre que vos videtis et non viderunt; et audire que auditis, etnon au- dierunt; certificando con estas palabras ser el deseado de las gen- tes, el Mesias esperado, superior a profetas y reyes. En aquel momento tuvo lugar un incidente que dié ocasién al Salvador para exponer hermosisima y celestial doctrina acerca de la caridad para con el préjimo. Para la inteligencia de este pasaje es necesario y suficiente advertir: Que los fariseos y sus compa- fieros los escribas pregonaban mucho las obligaciones para con Dios, pero olvidaban los deberes para con el préjimo, mejor dicho los adulteraban, diciendo ser licito y hasta obligatorio el odiar al enemigo, al extranjero, al infractor de la ley, dejando ademas atin el amor a los padres y amigos en lugar muy secundario. Que Jesucristo habiales reprendido varias veces por dara la ley tan absurdas interpretaciones, se habia empefiado en develver al a- mor del préjimo su puesto a seguida del amor de Dios, confundién- dolo con él y habia deshecho la falacia de los fariseos, incluyendo en el nombre de prdjimo al enemigo, al extranjero, al pecador. Que los samaritanos eran enemigos de los judios y que éstos tenian a aquellos como extranjeros y renegados; y que legispe- rito era sinénimo de escriba o doctor de la ley. Con estos antece- dentes se comprende perfectamente la malicia del escriba. Quiere ver si Jesucristo antepone el amor al préjimo al mismo amor de Dios: Et ecce quidam legisperitus surrexit, tentans illum, et di- cens:; Magister, quid faciendo vitam eternam possidebo? Conpréndese la sabiduria de esta respuesta: Af ille dixit ad eum, como a legisperito, verdadadero doctor dela ley: Jn lege guid scriptum est? quomodo legis? Ille respondens dixit, ata- cado de aquella manera tan atinada no puede menos de respon- der: Diliges Dominum Deum tuum ex toto corde tuo, ex tota anima tua et ex omnibus viribus tuis, el ex omni mente tua et proximum tuum, sicut te ipsum, poniendo los dos preceptos en el mismo plano como lo hacia Jesucristo. Por'eso Este responde con dulzura al verle cogido en sus propias redes. Dixitque illi: Recte respondisti; hoc fac et vives. El legisperito, al verse en tal aprieto, acude imprudentemente a la distincién de préjimos, ideada por los fariseos: ///le autem vo- lens justificare seipsum, dixit ad Jesum: Et quis est meus pro-

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