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ee erst CR RETR AACS MRI 5 ete ORT ican 136 “ae Oe Es demostrar que Jestis es bueno, que es la santidad misma, que mostrar la san- eS Dios; porque de qué hombre podra decirse jamas: bene omnia tidad de Jess. fecj7? Y esa santidad y esa bondad se manifiesta en beneficios sin cuento: ef surdos fecit audire, et mutos logqui. Aparece también otra tercera intencién, es a saber, convencer- nos de que Jestis es el médico de nuestras almas, el médico del géne- ro humano, pobre y enfermo. Que sordo y muy sordo estaba el gé- Tercera: Jesis nero humano, puesto que no ofa las voces de Dios, la voz de la con- CS ae ciencia, la voz de la ley natural, la voz de los profetas, la voz de los les que aque- castigos; mudo y muy mudo, puesto que ni alababa a Dios, ni canta- jan al género 14 sus grandezas, ni celebraba su gloria, sino que se prosternaba an- te fdolos de piedra y barro y les ofrecfa incienso. Y el evangelista : quiere persuadirnos de que el tinico remedio, el solo médico capaz de A nuestras pro- abrir aquellos ofdos y curar aquella sordera, el solo médico capaz de pias almas. desatar aquellas lenguas, es Jestis; como es el tinico que puede curar nuestra sordera y mudez espirituales que por desgracia somos sordos -mds de una vez para oir la voz de la conciencia y de los remordi- mientos y de los castigos y del Sacerdote, en una palabra, de Dios. Grabad, pues, bien en vuestros corazones, y grabadlo con caracteres indelebles. Jestis, el dulcisimo Jess, el Jestis bueno es el tinico reme- dio de todos los males que aquejan al género humano, que aquejan a nuestras almas. Cuarta: la cau- --: YO Cr€O empero que el evangelista tuvo todavia otra intencién al tela en > len- narrar todos aquellos detalles, y esta fué el persuadirnos del cuidado i sumo que hemos de tener con la lengua, la prudencia exquisita y la cautela suma con que hemos de gobernar ese miembro tan pequefiito; que la experiencia diaria confirma lo que ya aseguré el Apéstol San- ee as tiago mucho tiempo ha, que asi como las naves, aunque tan grandes alengua. Y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas’con un muy pe- quefio timén, por donde quisiere el que las gobierna, asf la lengua que es un pequefio miembro es causa, rafz, fuente de grandes he- chos. Una chispa pequefia jcuén grande bosque enciende! La lengua es un fuego, es un mundo de maldad... la naturaleza entera, las bes- tias, las aves, las serpientes pueden ser domesticadas por el hombre; pero ningin hombre puede domar la lengua; mal pernicioso, un vene- no mortal. Con ella bendecimos a Dios y con ella maldecimos a los hombres que son imagenes de Dios. De la misma boca proceden ben- dicién y maldicién. Epist. S. Jac. lll, 4-10. Tres males que A tres se pueden reducir los grandes males que la lengua puede acarrea. —_ producir: blasfemar contra Dios, su Religién santa, sus misterios; se- ducir y pervertir al préjimo sembrando en su coraz6n malos consejos, maximas perniciosas; robar la fama al préjimo con murmuraciones y calumnias; males, como veis, capitalfsimos puesto que hieren, matan, destruyen la caridad que es la reina de las virtudes y es mal mucho La blasfemia.
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