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' 1 t } ' ‘ : Cae pee AN AL ———— 132 oraciOn, en el templo, para que todos vean que es justo, fervoroso, santo. a ae. ~ Una satisfacci6n de si mismo pueril y tonta; esté contento de si mismo, nada le reprende su conciencia, niel mas leve remordimiento le atormenta. Nada de arrepentimiento, nada de lagrimas, nada de st- plica, nada necesita y, si tiene que dar graciasa Dios, es, de que no es, como los demas hombres, ladrones, injustos, adtlteros. Un egoismo y jactancia grandes; si da graciasa Dios es para te- ner ocasi6n de pregonar sus virtudes, de publicar sus buenas obras, de hablar de sus ayunos, de jactarse de su obediencia y sumisién a la ley. Jejuno bis in sabbato, decimas do omnium quae possideo. Es- to no es alabar a Dios, es alabarse a si mismo; no es atribuir a Dios todos los bienes, es atribuirselos a si mismo; en una palabra, es_ro- bar a Dios su gloria con pretexto de orar. a ye. Una presunci6én y orgullo incalificables. Créese superior a todos, ‘ absolutamente a todos: non sum sicut ceteri hominum; raptores, injusti, adulteri. Nadie sobre él, y él sobre todos los demés Roubces; ambicioso, sin freno, despreciador sin medida. : > Be. SF Una hipocresfa y disimulo desvergonzados. Silencio total aibre sus pensamientos vergonzosos, sobre sus deseos pecaminosos, sobre sus rencores ocultos, sobre su envidia del prdéjimo; y enu- meracién detallada de las obras suyas merecedoras de loa. Lo contrario de los santos que ocultan cuidadosamente las obras buenas y revelan y publican a voz en cuello sus pensamientos y deseos mas ocultos, cuando estos pueden reportarles mengua o desprecio. 4Es que no anidaban en el corazon del fariseo tales pensamientos y de- seos? En otra ocasi6n, aquel que lefa en el fondo de los corazones, el divino Maestro que propone esta instructiva pardébola, nos dijo lo que aquellos corazones eran: Vae vobis Scribae et Pharisaei hypo- critae: guia similes estis sepulcris dealbatis, quae.aforis parent ho- minibus speciosa, intus vero plena sunt ossibus mortuorum et om- ni spurcitia. ;Ay de vosotros! Escribas y Fariseos hipocritas que sois semejantes a sepulcros blanqueados gue por fuera parecen hermosos y su interior esta Ileno de cadaveres hediondos y mucha porquerfa. Matth. XXIII, 27. He aquf lo que, segtin el Salvador divi- no y Maestro infalible, encerraba el corazén del fariseo: y él en cambio: Gratias ago tibi, guia non sum sicut ceferi hominum: raptores, injus- ti, adulteri... Egoismo y jac- tancia. Hipocresia Mal querer ha- cia el prdéjimo. Mal querer en fin hacia el pobre, publicano. Dirfgele el Fariseo una mirada, liena de desprecio, le sefiala despectivamente con el de- do dice; y ni como este publicano; expresando con tal nombre todo aquello que el_lenguaje comin atribufa al publicano y echando a ma- Sentimientos /a@ parte.el mismo acto de acercarse al templo y orar en él. Apartemos, empero, nuestros ojos del orgulloso y antipatico Fa- del publicano.
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