BCCPAM000522-3-21000000000000

128 i 4 } 4 } quiera a Ultima hora arrojara las vendas que impiden que Ia luz llegue a sus ojos, y quisiera cancelar la deuda que tiene contraida, imitando la fe de esos galileos que forman el cortejo de Jests, su gloria y feli- cidad renacerian con el reinado del Salvador; todo un pasado de cri- | iH menes seria dado al olvido y reparado por esta conversién generosa. i Pero no; Jerusalén se obstinaré en su impiedad y rebeldia y no que- . rré reconocer a Jestis por su Rey y Mesias. Esto es lo que lastima y desgarra el pecho de Jestis arrancdndole profundos ayes y suspiros. Por ventura no llora y se deshace en Ilanto un padre que idolatra a su ; ; adorable hijo, al verle morir por rehusar tomar la pécima que le ha de restitufr a la salud perdida? Pues qué mucho que liore Jestis, el mas cumplido y carifioso de los padres, viendo como ve el acabamiento y muerte desastrosa de Jerusalén, su hija predilecta, por no tomar el an- tidoto que le excusaria tanta calamidad y desgracia. Pero no es esto solo. eee aac El gran pecado que va a cometer Jerusalén es lo que sefialada- que ves come- mente aflije a Jesis haciéndole anegarse en llanto; porque sabe muy , bien, que ala hora misma en queentra por sus puertas, se esta ur- diendo la trama més detestable y monstruosa de que hay memoria desde que el mundo mueve sus ruedas sobre sus ejes; prevee que a- quellos gritos y aclamaciones con que ahora es saludado, hanse de trocar muy pronto en blasfemias y mueras, que aquel pueblo ha de pedir a voz en grifo que su sangre caiga sobre sus cabezas y las de sus hijos, y que no ha de dar punto dereposo hasta condenarle a muerte, y ver tefiidas sus manos en la sangre que manen sus heridas. Pe jOh monstruosidad nunca vista ni ofda! Jerusalén va a dar muerte al Mesias Prometido, al que bajara del Empireo para sacarla de su postracién y encumbrarla. hasta el cielo, a Aquel que discurria por las calles de la ciudad sanando a todo linaje i de lisiados y enfermos, arrebatando a la muerte sus despojos y pro- digando a la continua favores sin cuento jQuién nunca sofié en crimen tan nefando! Empero atin hay més. Si Jerusalén, después de perpetrar tantos crimenes, volviera sus ojos a Dios, y quisiera lavar sus culpas en la sangre que Jestis vaa derramar de buen grado por la salvacién del linaje humano, las lagri- mas del Salvador se excusaran, y todos sus sufrimientos los darfa por bien empleados. Pero no sera asi; sino que Jerusalén después de consumar el nefando crimen que trae entre manos, se aferraré mas y Si Maieeiian mas a su ingratitud y rebeldfa, hollaré con sus plantas y desestimara "Oe. la sangre del Salvador, una de cuyas gotas bastarfa y aun sobraria para redimir todas sus culpas, y a la postre moriré impenitente, en- cenagada en sus abominaciones e iniquidades. jEsta es la espada de dos filos que sin compasién hiende y desgarra las fibras mas delica- das del coraz6n de nuestro adorable Salvador! Por su beneplacito y poetPATAITI ti Ht Fy HH |

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz