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127 } per lapidem: y termina sefialando la causa de desgracia tan gran- de: eo guod non congnoveris tempus visitationis tue, es decir, la visita del Salvador, su venida al mundo para salvarla, visita que ella ingrata y ciega rechaza. El segundo suceso tuvo lugar al terminar la entrada triunfal, ya { dentro del templo que tal era la costumbre tanto entre los Judios, como entre los paganos, terminar siempre enel templo para dar . gracias a Dios. Et ingressus templum; un espectdculo desagrada- ble se ofrecié a su vista y Ileno de celo santo: c@pit ejicere ven- | dentes in illo et ementes, dicens illis: Scriptum est:quia do- mus mea domus orationis est. Vos autem fecistis illam spe- : luncam latronum. ‘ Obsérvese la autoridad divina que se atribuye tanto en la ac- . cién como en las palabras. ** Homilia.—Es en verdad caso raro y extraordinario el que llore el dulcisimo Salvador en estas circunstancias durante el triunfo mayor de su vida cuando sus enemigos se ocultan medrosos y sus discipu- 4Porqué Hlora los enardecidos, arrojado el temor de sus pechos arrebatados por el Jestiscuando el entusiasmo, la alegria, el amor ardiente, le vitorean como al Salvador, ae — Rey, Mesias, Hijo de David, Dies; cuando todo le convida a sofiar en- suefios de gloria, llora Jess y no con un liorar comitin, sino con so- llozos, con grandes gemidos que revelan un dolor intenso, inconsola- ble, desesperado. 4Cudl sera la causa de l4grimas tan extraordinorias? He aqui lo que vamos a considerar por breves momentos. Causa de las lagrimas de Jestis son la ingratitud y rebeldia de aquella ciudad. Al contemplar Jess a Jerusalén, le vienen al pensa- ee miento la multitud sin cuento de beneficios y favores con que ha sido diade la ciudad. | distinguida sobre todas las demas ciudades, y por otra parte, la in- gratitud y rebeldia de aquel pueblo para con Dios. En aquella hora se le ponen delante, todas las abominaciones e iniquidades que ha perpetrado aquella ciudad ingrata, la muerte de los profetas y en- viados del cielo; las libaciones y ofrendas hechas a fdolos y dioses forjados ai gusto de sus caprichos, los crimenes de sus moradores; la corrupci6n de costumbres en que viven encenagados, la profana- cién del templo, de sus ceremonias y de surifo. Ygc6mo no hadello- | rar y entristecerse, al ver que de esta suerte es correspondido, su Eterno Padre, que se habia extremado en prodigar favores a esa su ciudad amada? Llora también, porque se le alcanza muy a las claras que Jerusa- lén no ha de saber aprovecharse de este postrer favor que se le dis- Segunda: Su pensa, Jess entra hoy por sus puertas ofreciéndole la paz; si elia si- Me ntti Las causas son: asi Raa Ra ae lana

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