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Conclusién economist LCI =m 126 topais en el camino, el mendigo, a quien vuestros perros ladran, es re- presentante de Jesucristo, es el mismo Jesucristo; por tanto, recibe vuestra limosna Jesucristo, os constituis en acreedores de Jesucristo y éste es deudor vuestro. gCémo podra, por consiguiente, pediros cuen- ta de la deuda contrafda por el pecado, si vosotros podeis pedirsela a El por vuesiras limosnas? Concluyamos: gnos reprende nuestra conciencia por nuestros pe- cados, tememos la sentencia del Juez de vivos y muertos, del Juez se- vero, justo, inapelable e infalible? Recordemos las palabras del Espiri- tu Santo por Daniel: peccafa tua elemosynis redime et iniguitates tuas misericordiis pauperum, IV, 24 y mejor todavia lo que nos acon- seja en el evangelio del dia el que ha de ser nuestro Juez: Facife vo- bis amicos de mammona iniquifatis, ut cum defeceritis recipiant vos in ce ceterna tabernacula. CRS DOMINGO NONO DE PENTECOSTES Exégesis S. Luc. XIX, 41-37 Este Evangelio contiene varios sucesos que tuvieron lugar du- rante la semana tiltima de la vida del Salvador. EI primero es el llanto de Jestis sobre la ciudad ingrata. Acae- cid, lo mas probable, durante la entrada triunfal de Jesucristo en Je- rusalén y cuando los discipulos, delirantes de entusiasmo y fuera de si por el regocijo, le proclamaban con las palabras: / Bendito sea el rey que viene enel nombre del Sefior! Loor en las altu- ras!:Et ut appropinquavit, videns civitatem, en la bajada del monte de los Olivos, en el lugar preciso en que, siguiendo el cami- no de Betania a Jerusalén, se divisa por primera vez la ciudad, y donde Tito hizo acampar la legién décima, cuarenta afios después: flevit super illam: el texto sagrado nos dice sollozar, gemir, di- cens: Primera causa del Ilanto, la ceguera de Jerusalen, guia si cognovisses et tu, et quidem in hac die tua, quae ad pacem tibi! nunc autem abscondita sunt ab oculis tuis. Segunda causa del Ilanto, sus desdichas futuras: Quia venient dies in te: et circumdabunt teinimici tui vallo, etcircumdabunt te: et coangustabunt te undique: et ad terram prosternent te, et filios tuos qui in te sunt, et non relinquent in te lapidem su-