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SS anne 101 Padre y al Espiritu Santo, luces divinas para conocer la verdad y no extraviarnos en el camino del cielo, fortaleza para sostenernos en los combates que hemos de librar con el mundo, el demonio y la carne, confianza segurisima y firmisima esperanza de llegar al puerto de sal- vacién eterna, una prenda de salvaci6n eterna, el germen de la resu- rrecci6n gloriosa de nuestro cuerpo. Ecce ego vobiscum sum usque ad consummationem seculi. Pero grabemos bien en nuestra memoria esto otro, que no nos le- ga bienes tan inmensos, riquezas tan inacabables, sin ponernos algu- Condiciones y nas condiciones que son muy razonables y alo que tiene perfecto de- febcres wees recho. Nos impone en primer lugar con el bautismo necesario por !o me- Primero, el bau- nos en deseo a todos los que se han de salvar, una fé ciega y firmisima en los divinos misterios y sobre todo en el misterio de los misterios, la Sma. Trinidad cuya fiesta celebramos hoy. Aunque la raz6n huma- na proteste ante ese misterio y en modo alguno comprenda cémo Dios es Padre y Dios es Hijo, y Dios es Espiritu Santo, un Hijo y un Espf- ritu Santo, que siendo Dios, tienen principio y no tienen comienzo, tie- nen origen y no tienen causa, el Hijo procede del Padre, y el Espfritu Santo del Padre y del Hijo, y el Hijo y el Espiritu Santo son eternos como el Padre, y el Padre y el Hijo y el Espiritu Santo se distinguen realmente, y tienen una misma naturaleza y ni el Hijo es menos que el Padre, ni el Espfritu Santo es menos que el Padre y que el Hijo, la fé catélica nos obliga a someter nuestra raz6n y creer firmemente en Dios Uno y Trino, Trino en las personas, Uno en la naturaleza, en gloria y majestad y efernidad iguales, increado, omnipotente el Padre; in- menso, increado, omnipotente el Hijo, increado, inmenso, eterno, om- nipotente el Espirita Santo; y sin embargo, ni hay tres dioses omni- potentes, eternos, inmensos, increados, sino un Dios y Sefior; el Pa- dre Dios y Sefior, el Hijo Dios y Sefor, el Espfrita Santo Dios y Se- flor y sin embargo, no hay més que un Dios yun solo Sefior. Un Padre que ni ha sido hecho ni creado, ni engendrado. Un Hijo que procede del Padre y que fué engendrado, pero ni hecho, ni creado. Un Espiritu Santo que procede del Padre y del Hijo, y ni ha sido hecho, ni creado, ni engendrado. Tal es el misterio de la Sma. Trinidad que hoy celebramos, cuya fé nos impone el Evangelio del dfa, si queremos salvarnos; Ja causa de todos los seres creados, el origen de la vida, manantial de todas las gracias que enbellecen nuestras almas, fuente de todos los dones celestiales, principio de todos los bienes. Pero ademas de una fé ciega y firmfsima en el adorable misterio . smo y la fe. egundo, la ob- ervancia de los dela Trinidad Beatisima nos impone otra condicién, si queremos ser ™4"damientos. dichosos herederos de ese precioso e inestimable testamento, es la obligaci6n de guardar omnia guecumgue mandavi vobis, todos mis
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